Biromes servos - Ver para creer

[Biromes servos]
Atrás queda el sonido del riachuelo,
aunque hoy me ría,
antes he conocido el suelo.
Atrás queda la brisa del viento y el canto,
aunque hoy me tropiezo
mañana me levanto y no es para tanto.
Transporto sonrisas hacia el horizonte,
junto a deseos, sueños e ilusiones,
pero porto lágrimas de polizones.
En los corazones,
pérdidas y tristezas,
somos puzles que les faltan piezas.
Recuerdos y olvidos anclados a la cabeza,
prohibidos en términos de pobreza,
heridos en exterminios de riqueza.
Aunque no lo parezca, la proeza,
es para el que primero tropieza,
después reza, pero sobre todo se esfuerza,
es más que la fuerza.
Es la sinergia del trabajo diario
sin caer en las trampas del lado diablo.
La victoria sin atajo,
el caballo sin establo.
Habló el cielo y contestaron los de abajo,
reivindicaron los humanos,
pero el mundo es de quién antes ha llegado.
Ese es nuestro legado,
estar constantemente equivocados...


[Biromes servos]
El momento, el cemento, se ha acabado, se ha secado,
dejamos atrás lo que más hemos amado,
dejamos de valorar lo que más hemos ansiado en el pasado,
acostumbrados a vivir por adelantado.
Obsesionados por el futuro inmediato,
presente relegado a segundo plato,
manipulados por un marketing barato,
ver para creer, no somos lo que somos,
somos lo que nos han dejado ser.
Sin tiempo de conocer, saber, aprender,
traspasar esta red y desaparecer
para poder volver sin cometer los errores del ayer,
lo que importa no es caer, es crecer y permanecer hasta el amanecer.
Sin saber que antes de nacer algunos ya van a perder,
reconocer la realidad inerte,
sin tener suerte, sin tener oportunidad,
nacen cerca de la muerte, mueren lejos de la verdad.


[Biromes servos]
No creáis al experto si no queréis,
me dais por muerto si no me veis,
pero lo cierto es que sigo bien atento,
desde mi propio desierto, me fui de encubierto,
para no ver caras de desconcierto.
Me lamento por no despedirme,
el pensamiento marcó un paso firme
y tuve que irme.
Miento al decir que no pude elegir,
unirme a tu cuento es lo que decidí.
Desde ahí, observo sin ser visto, siervo del abismo,
ciego al optimismo, me limito a enfrentarme a mí mismo,
mímesis del mal, ese mi némesis, mi otro yo, es mi mayor rival.
Por mucho que digamos, por poco que callemos,
las palabras se las lleva el viento,
los hechos permanecen a lo largo del tiempo,
es como esperar que una estrella sola ilumine el firmamento.
Lento pero seguro y más de uno
vivirá en el pasado,
no le juzgo,
ese viaje lo he realizado,
ese peaje lo he pagado al volver,
desencantado del hoy,
encadenado al ayer.


[Biromes servos]
No tenemos nada en este mundo,
sólo los unos a los otros,
trabajad duro y ayudaros entre vosotros,
la felicidad está entre todos nosotros,
solo que muchas veces es invisible a nuestros ojos.
Cegados por afanes envidiosos y sobornos,
buscad qué os apasiona en la vida,
no la tengáis de adorno
y exprimirla al máximo antes de iniciar
vuestra ida sin retorno.